Vitamina D en infecciones víricas, en tiempos de coronavirus.

 La insuficiencia y deficiencia de vitamina D se ha convertido en una pandemia en nuestros tiempos (así lo indican numerosos autores tras analizar los niveles séricos en la población), es por ello que se viene advirtiendo que la suplementación o complementación de vitamina D no debiera ser opcional, puesto que mantener niveles séricos suficientes de esta vitamina pro-hormona es una necesidad celular para nuestro sistema de soporte de salud, y como veremos a continuación niveles subóptimos suponen un riesgo de contraer infecciones víricas.

Al igual que en los vegetarianos es necesaria la suplementación de vitamina B12, también se hace necesaria la suplementación de vitamina D en los habitantes de sociedades modernas que hacen vida de interior o bajo sombra (trabajo, descanso, ocio, deporte, escolarización, actividades extraescolares, desplazamientos, etc.) y que comen productos de animales criados en interior/sombra; a quienes cubren su cuerpo con ropas, velos, turbantes o lociones con filtro; a quienes viven en latitudes altas y especialmente si tienen piel oscura; a quienes fuman; y a quienes viven bajo una atmósfera contaminada (la contaminación afecta a toda la población mundial, filtrando los rayos UVB entre un 35 y 54 %, puesto que el viento la distribuye geográficamente). En este artículo que escribí anteriormente te explico al detalle las diferentes variables que nos afectan.

Para prevenir infecciones respiratorias se observó un nivel mínimo de 40 ng / ml de vitamina D sérica, en su forma 25-OH-D, según un estudio randomizado a doble ciego (los más curiosos podréis encontrar este y otros estudios en la bibliografía, a pie de artículo).

Recientemente, en medio de esta pandemia de coronavirus COVID-19, ha sido aprobada una revisión que advertía que concentraciones de 25-hidroxivitamina D superiores a 53 ng / ml en sangre frente a ≤26 ng / ml se asociaron con una reducción del 27 % de enfermedades similares a la gripe. A partir de la evidencia disponible, se hipotetiza que elevar las concentraciones séricas de 25-OH-D a través de la suplementación con vitamina D podría reducir la incidencia, la gravedad y el riesgo de muerte por gripe, neumonía y la epidemia actual de COVID-19.

Esa misma revisón indica que los ensayos de observación y suplementación han reportado concentraciones más altas de 25-OH-D asociadas con un menor riesgo de dengue, hepatitis, virus del herpes, virus de la hepatitis B y C, virus de inmunodeficiencia humana, gripe, infecciones del virus sincitial respiratorio y neumonía.

Te preguntarás, ¿y por qué hay que elevar los niveles séricos de vitamina D con suplementación? Pues porque actualmente es complicado llegar a esos niveles de forma natural y mantenerlos, especialmente fuera del verano y en las personas mayores de 35 años, incluso en España donde abundan las horas de sol. Y ahora que muchos países se suman a la cuarentena en casa es más necesaria esta suplementación, especialmente en personas mayores y en ancianos.

En 2015 fue publicado el «efecto martillo» de la vitamina D frente a la gripe. Se descubrió que administrando altas dosis de vitamina D durante 3 días abortaba el ataque viral, como el golpe de un martillo: pam-pam-pam. Esta práctica entre habitantes de EEUU y Canadá tiene un alto impacto protector, ya que en su mayoría viven en latitudes por encima de 30º, más las consecuencias de un estilo de vida de sociedad moderna que les lleva a deficiencias en vitamina D.

Cada golpe de martillo implica la administración de 50.000 UI / día de vitamina D (dosis para adultos).

Aplicar durante 3 días seguidos (dosis para adultos).

Recientemente pude escuchar a la doctora Renu Mahtani, especialista en medicina interna, exponer sobre el tema. Tomé mis notas, busqué más información, y con todo te dejo aquí un resumen. Si lo deseas te animo a que sigas estudiando y profundizando en ello. Este apartado está pensado para profesionales sanitarios, porque imagino que al resto no le interesará los detalles, ni se manejarán bien con los términos. No obstante trataré de resumir y explicarlo de forma sencilla.

En el primer contacto del organismo con el virus, la vitamina D activa la inmunidad a través de la producción interna de sustancias antivirales (defensinas y catelicidinas). Estas sustancias limitan el ataque vírico que el coronavirus produce por la acción de su «proteína espiga» que es responsable de su reproducción. La vitamina D también previene el desarrollo de fallo pulmonar agudo reduciendo el sistema renina-angiotensia, disminuyendo la renina y aumentando la ECA 2, y así impidiendo que el organismo se dirija hacia una inflamación masiva y el shock. Vayamos por partes.

Aunque los niños y los jóvenes han reducido notablemente el tiempo de exposición al sol con respecto a hace 30 – 40 años, y los niveles de contaminación han aumentado en el planeta, ellos siguen siendo los que más en contacto están con el sol gracias a los tiempos de juego en el parque y de descanso al aire libre en el colegio. Quizás este sea un factor a tener en consideración en su protección contra las complicaciones por el COVID-19.

El tiempo del que disponen hoy los niños para jugar en el exterior ha descendido un 71 % en tan solo una generación, y en la actualidad se estima que pasan un 90 % del tiempo en espacios cerrados, según encuestas realizadas. Aunque no hay cifras exactas, todos coinciden con que la incidencia de raquitismo infantil parece estar en aumento a nivel mundial, de manera que volvemos al problema inicial: la pandemia de niveles subóptimos de vitamina D en la población adulta, joven e infantil.


Fuente de la información directa: https://bascunana.net/2020/03/23/vitamina-d-e-infecciones-viricas-en-tiempo-de-coronavirus/

Referencia bibliográfica: Bascuñana, M. H. (s/f). Vitamina D e infecciones víricas, en tiempos de coronavirus – Bascuñana. Bascunana.net. Recuperado el 9 de noviembre de 2023, de https://bascunana.net/2020/03/23/vitamina-d-e-infecciones-viricas-en-tiempo-de-coronavirus/


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